viernes, 30 de julio de 2010

Diseñar en México

Diseñar en México
Posted on July 29, 2010 by dLifer

Hablando en el plano estrictamente laboral, los diseñadores cargamos las mismas cruces que otros profesionistas. No nada más en México —estoy seguro de ello—, pero que de alguna forma se agudizan en nuestro país por las circunstancias políticas y legales que nos circundan.
Aquí una lista de 8 cosas con las que debemos lidiar para hacer nuestro día a día y que nos ayudarán entender cómo mejorar en nuestro trabajo.

1. El sistema laboral que no ayuda

Especialmente para los asalariados, existen muchas formas en las cuales te contratan. La que debiera ser más común es vía nómina, en la cual puedes tener acceso al Seguro Social, INFONAVIT y fondo de ahorro. Lo malo es que todo te cuesta tanto a ti como al empleador, cada quien debe pagar el correspondiente a estos rubros más los impuestos que apliquen. Tan caro es, que muchas empresas recurren al sistema de outsourcing, pago vía honorarios o por asmilados a salarios, que no fueron diseñados con esa finalidad.

Es muy común encontrar trabajadores con antecentedentes en empresas donde ni siquiera son claros sobre cómo les pagan o que los dan de alta con sueldos mínimos y lo compensan con otros rubros como bonos o “pagos por fuera”.

Es muy fácil aceptar porque te argumentan que de esa manera no pagarás tantos impuestos, pero te afectan en el sentido que tu fondo para el retiro y las aportaciones al INFONAVIT son muy reducidos. Si tienes 23 años quizá no te importe, pero cuando quieras usar este fondo para comprar tu casa o departamento, te arrepentirás.

2. Se acabaron los duelos a muerte

En México la informalidad no se da únicamente en el comercio ambulante, también en los grandes negocios. Estamos acostumbrados a aceptar proyectos con un apretón de manos. Lamentablemente no vivimos en la época colonial donde si no se honraba la palabra empeñada podías recurrir a un duelo a muerte.

Cada vez que toco este tema con algún cliente la situación se pone tensa, como si lo estuviéramos amenzando. es comprensible en una sociedad donde el sistema jurídico no se toma con la misma seriedad que en otros lados.

Cuando hacemos tratos internacionales los contratos son tan comunes como imprescindibles. Nadie da paso sin huarache. Si no lo hacemos, sentimos un estado de indefensión y abuso, pero en México es visto como un acto de desconfianza.

He hecho trabajos bajo contrato, pero la mejor forma de lograr un estado de certidumbre y responsabilidad mutua es haciendo que el cliente firme el presupuesto original, el cual tiene incluída de forma resumida las cláusulas más importantes que tendría un contrato.

3. Al director general no le gusta el naranja

La misma informalidad no se ve únicamente en lo legal, muchas veces el cliente no tiene una idea clara de lo que está pidiendo. Hay veces que convencemos a nuestro cliente, pero perdemos de vista que él se lo presentará a su jefe y así sucesivamente, hasta llegar al director general que cuando lo ve, resulta que hay que empezar de nuevo porque no le gusta el color naranja.
Nosotros aquí tenemos una gran culpa porque no explicamos claramente los procesos de trabajo ni justificamos adecuadamente lo que estamos entregando.

No es nada parecido hacer un libro que un sitio web, o un logotipo a la identidad de una marca. Cuando hacemos presupuestos, rara vez especificamos cuáles son los procesos a seguir para tal o cual proyecto.

Hay que aprender a ser claros, no solamente en el producto final, sino en la metodología: cuántas pruebas y sesiones de corrección así como los costos laterales por tener que ir a más juntas, cambios no planeados o aplicaciones no contempladas originalmente.
Muchas veces queremos evitar ponerle al cliente que eso tiene un costo extra, por no asustarlo o hacerle ver lo complejo que puede resultar el proyecto y que se confunda, pero es mejor dejarlo claro desde el principio, especialmente en un sistema donde se cambian continuamente los parámetros, colores, tipografías, formatos y perfiles.

4. Nadie usa protección

Es muy raro encontrarse a un diseñador en el IMPI —El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial—. Hacemos un logo, lo entregamos, nos pagan y terminamos. No existe un celo por vigilar que nuestro trabajo sea honrado bajo las cláusulas más básicas de la propiedad industrial. Si hacemos un empaque de galletas de vainilla entregamos los archivos originales y después vemos que el cliente contrató a alguien más para que haga la versión de sabor chocolate y de fresa. Este es un tema muy profundo y difícil, tanto, que hasta encontrar a un experto en el tema se vuelve un trabajo en sí (si conocen a alguien, avísenme).

5. Nadie nos entiende, ni siquiera nosotros

Alguien me dijo una vez: “no se preocupen, sus papás nunca van a entender cómo se ganan la vida diseñando”. Ahora ya hay generaciones de quienes sus padres ya estudiaron diseño, pero no es tan común, por lo mismo no existe todavía una base legal clara o parámetros lo suficientemente efectivos para dar certidumbre.

A diferencia de un médico, donde quien va a consulta sabe que deberá pagarla, los diseñadores tenemos esa manía de criticar el trabajo de los demás, en vez de educar a terceros. Siempre tendremos una opinión sobre el trabajo del otro y por qué lo debimos haber hecho nosotros. Resulta una conducta canibalizante, donde al degradar al otro nos llevamos al diseño de paso.

6. Siempre habrá alguien que hará lo mismo por menos

Aquí el reto para las escuelas: un estudiante saldrá de la carrera y seguramente le ganará el trabajo a otro diseñador que le dobla en experiencia y honorarios, pero saldrá perdiendo al ver la cantidad de trabajo que tuvo que hacer y cómo fue mangoneado por el cliente. Quizá su siguiente proyecto el costo sea más justo, pero el daño estará hecho. Ese cliente rara vez volverá a contratar a un diseñador por el doble de lo que obtuvo.

7. Trabajamos con orejas de burro

¿Quién cree que comprando Wallpaper, el libro “Los mejores logos del año” y yendo la presentación de Adobe sobre la CS5 está actualizado? Resulta muy difícil encontrar diseñadores que tengan en sus planes cursos, diplomados y maestrías serias.

Si vemos, el director de alguna empresa no dedicada al diseño podrá ser administrador, mercadólogo, abogado, médico, contador o ingeniero pero nunca diseñador. Seguramente un ingeniero en sistemas podrá estar al frente de una dirección porque tiene un MBA o alguna maestría en alta dirección, pero los diseñadores nos preocupamos más por saber de tipografía y arte que buscar entender cómo funcionan las empresas para las cuales trabajamos. Si trabajamos en una, no nos gustan las juntas de estrategia y rehuimos a las reponsabilidades donde haya una archivo de Excel en medio. Hay que integrarnos más al sistema laboral y no quedarnos encerrados entre la Helvetica y Garamond.

8. Todos contra todos

Se puede ver muy lejano, pero buscar una certificación en diseño es un paso necesario. Algunas universidades comienzan a ver este tema como medular. ¿En realidad se puede encontrar un sistema para certificarnos? ¿Se podrá hacer que las empresas busquen diseñadores calificados? ¿Tú estarías dispuesto? Creo ese es tema de otro costal.

Lo que todo diseñador debe saber cuando busca empleo

Lo que todo diseñador debe saber cuando busca empleo
Posted on July 16, 2010 by dLifer

Si eres diseñador sabes de lo que hablo: no es un trabajo normal. Como todas las profesiones tiene sus puntos en común y sus distitntivos, sólo que en diseño son más y muy diferentes.
Buscar trabajo también es muy diferente a un trabajo normal, sin embargo, muchos se confunden y se centran tanto en los diferenciales que muchas veces olvidan lo básico. Por eso, les comparto lo que considero son los aspectos más importantes que todo diseñador debe considerar al buscar trabajo.

1. La entrevista no es de traje

Pero tampoco es en fachas. Un contador o abogado lo encontraría imperdonable, pero el muindo creativo se distingue por no usar trajes. Sin embargo, no implica que debas ir a una entrevista en jeans rotos y playera. La regla que y pondría es que siempre ve mejor arreglado que tu entrevistador, y como muchas veces no sabes cómo se vestirá, es mejor no correr riesgos. Está bien si no te quieres poner traje si buscas en un despacho de diseño o una agencia de publicidad, pero si irás a una trasnacional o una gran empresa donde la vestimenta es formal, es mejor no correr riesgos.

Tampoco preguntes cómo debes ir vestido. Ello implica que estás pidiendo permiso para ir vestido a lo mínimamente correcto.

Quítate los aretes si eres hombre, piercings y todas aquellas cosas que puedan crear polémica. Vivimos en un país conservador y como no sabes con quién tendrás la entrevista, no quieres ser eliminado por esos detalles, mejor no te arriesgues.

Pregunta si hay forma de ver tu portafolio digital, muchas veces las entrevistas se hacen en salas de juntas que no cuentan con computadoras. Si no, siempre carga con tu lap top. Tu CV siempre llévalo impreso.

No llegues tarde por ningún motivo, tampoco te presentes demasiado temprano. Es mejor esperar a que te esperen.

2. Tu CV es parte de tu portafolio

Lo importante es el contenido, pero uno nunca espera un curriculum de diseño en Word. Si dices que manejas la suite de Adobe lo mejor es dar una buena impresión desde el principio y enviar un PDF. No implica que puedas hacer una versión en Word, pero de igual forma siempre esperamos algo más que usar los estilos predeterminados que trae el programa. Es el principio de tu presentación.

Aquí otros consejos para tu curriculum:
  • Que no pase de una hoja.
  • Debe estar dividido en; datos personales, educación, empleos anteriores y conocimientos técnicos y profesionales.
  • Que todos los datos sean fáciles de localizar, que sea legible y en buena resolución.
  • Que tus estudios y trabajos tenga los años de referencia correspondientes.
  • Que en tus empleos anteriores quede claro el giro de la empresa y tu rol en ella. Sin mucho rollo, muy conciso.
  • No incluyas tu portafolio con el CV, manéjalo en un archivo separado.
  • Que no pese mucho, lo mejor es que sea menos de 1 MB.
  • ¡Nunca mandes tu CV como una liga! Es bueno que esté en internet, pero muchos reclutadores ve las ligas y se pasa al siguiente correo automáticamente.
  • Siempre llévalo impreso a tu entrevista.
  • No pongas tu foto. Si te la piden es por racismo, a menos que apliques para edecán no existe una sola razón para hacerlo. Si finalmente resulta ineludible, tómate una foto conceptual, no pongas la de la licencia.
  • Revisa la ortografía. No tienes idea de cuántos CVs vienen con faltas de dedo y errores ortográficos. También revisa que tu teléfono y correo estén correctos.
  • Pon tu edad y dirección correcta. Si no pones tu edad, es que eres muy grande y si no pones tu dirección es que vives en San Juan de las Tunas.
  • Finalmente, está de moda poner cuál es tu misión como profesionista, sin embargo, escríbelo sólo en el caso que sea información útil. Todos los diseñadores ponen lo mismo: “Desempeñarme en una empresa donde pueda aportar y crecer como profesionista, ser creativo y dar lo mejor de mí”.

3. Tu portafolio de principio a fin

En cuanto al portafolio, queremos ver varias cosas además de los trabajos: tu experiencia como diseñador —si ya la tienes, qué tanto logras seguir una identidad corporativa y aportar en ella—, tu creatividad —muchas veces eso se ve en los trabajos escolares, donde trabajas sin tantas reglas— y tu crecimiento como profesional. Para ello te damos los siguientes consejos:

Que no sea tan largo. No podemos decir 5, 10 ó 20 páginas, pero las mínimas suficientes para tener una idea de tu trayectoria profesional.

No seas repetitivo, si hacías una revista mensual no pongas todos los números que has hecho, sólo los que más te han gustado.

Coloca tus mejores trabajos al principio y al final. Hay que causar una buena primera impresión y quedarse con buen sabor de boca.

Pon trabajos de los cuales tengas algo que decir. El que más te haya gustado o el que te hizo crecer como diseñador. Es horrible pasar un postafolio y que digas: “ese fue un trabajo de la escuela… ese también… ese también…”

Si es digital lo mejor es PDF. Evita hacer uno que parezca sitio web —a menos que estés buscando trabajo en ello—, que sea muy fácil de hojear y donde no te pierdas, que no debas que regresar a “home” para pasar a la siguiente sección.

Dale más importancia al trabajo que al fondo. Muchos se esmeran por crear un fondo increible, que repiten en todas las páginas y dejan muy poco espacio para los trabajos, que se pierden.

Haz una versión en baja resolución para enviarla por correo que no pese más de 2 ó 3 MB, y otra en alta para que la puedas mostrar desde undisco o un USB.

Al igual que tu CV, no lo dejes en un sitio web como única opción de consulta, eso es complementario. Puedes hacer una muestra en PDF y avisar que hay más trabajos en línea.

Si es impreso, hazlo en una carpeta fácil de hojear (tamaño carta) yque puedas tener actualizada, poniendo y quitando trabajos sin necesidad de rehacer toda tu carpeta.

Aunque estos puntos sean muy lógicos o de dominio general, hay demasiadas oportunidades que se pierden por ir mal vestido, tener un portafolio defectuoso o hacer tu CV sin cuidado. No hay nada como la sinceridad al contestar, vale más que una gran trayectoria.

paredro.com